El artista reconocido internacionalmente y presente en la colección del MoMA de New York, vuelve al dibujo en su próxima exposición personal, Cantos de Sirenas, que se inaugura el 9 de noviembre en Milán. Además expondrá pinturas y esculturas inéditas.
Diango Hernández es un artista poliédrico nacido en Sancti Spiritu (Cuba, 1970), ciudad a menos de cuatrocientos quilómetros de La Habana. Después de estudiar diseño industrial en la capital cubana fundó el colectivo Ordo Amoris Cabinet, OAC, que en latín significa Orden del Amor. En el 2000 se trasladó a Alemania, donde actualmente vive y trabaja, país en el que vive de manera intensa la influencia de la obra de Joseph Bueys, Marcel Broodthaers y Fluxus.
Sus obras forman parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) y ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas. Además, ha participado a la 51ª Exposición Internacional de Arte Bienal de Venecia en el 2005 y en el 2006, en las bienales de Sydney y de São Paulo.
Esta semana, el 9 de noviembre, el artista inaugurará Cantos de Sirenas en la galería Wizard de Milán, en la cual expondrá sus obras más recientes, todas piezas inéditas.
En este momento te encuentras trabajando en la muestra que se inaugura esta semana en Milán. Antes de hablarnos de este proyecto ¿podrías narrarnos brevemente cómo inicia tu historia?
Nací en un pequeño pueblo del centro de la isla de Cuba (Cabaiguán, Sancti Spiritus 1970). Estudié en La Habana y al terminar los estudios en el Instituto Superior de Diseño (ISDI, 1994) inicié un proyecto de investigación y colaboración artística Ordo Amoris Cabinet que más tarde me condujo al arte. En el 2003 me mudé a Italia, después a España y finalmente a Alemania, donde actualmente vivo y trabajo.
¿En qué contexto nace el proyecto de investigación y colaboración Ordo Amoris Cabinet?
Este proyecto nace en medio de la crisis económica en el contexto de la caída de la Unión Soviética. Allí nace mi participación en diversas iniciativas colectivas dentro del panorama cultural cubano. Uno de ellos fue la fundación, junto a Francis Acea, de Ordo Amoris Cabinet también conocido como OAC. Por entonces, en el 1994, no tenía ni idea de que algún día viviría fuera de Cuba. La idea en sí de todo el proyecto nació de mi interés en la realidad sociopolítica de la Cuba de entonces.
A inicios del 2000 te mudaste a Alemania, ¿cómo crees que esta experiencia influenció tu trabajo?
Alemania ya la conocía de antes, en 1998 estuve durante cuatro meses en Aachen participando en una residencia artística otorgada por La Fundación Ludwig de Cuba. Cuando llegué a la ciudad de Düsseldorf en el 2006 ya trabajaba con una galería en la ciudad de Colonia y además conocía a muchos artistas que vivían por aquí en ese entonces. Alemania, y sobre todo esta zona del occidente alemán (Norte-Westfalia), fue muy interesante para mi trabajo en aquel momento. Encontrarme con la obra de Joseph Bueys, Marcel Broodthaers y especialmente Fluxus hizo que mi trabajo creciera velozmente. Ya en el 2006 representaba a Alemania en La Bienal de São Paulo, despertando la atención de diversas instituciones alemanas. En general, estar en Alemania ha sido una gran aventura, más allá de las diferencias culturales y del idioma, pero la gran aventura ha sido establecer mi práctica artística ininterrumpidamente en un país que cuenta con una gran densidad de instituciones, academias y artistas de altísimo nivel.
En tu trayectoria como artista y en particular en una serie de pinturas, haces referencia al Olaismo…
Sí, es un lenguaje artístico que se basa en la poética del mar, las olas son ese vocabulario infinito, algo que se renueva y cambia permanentemente. Nace de mi pasión por el mar, de mis recuerdos de niño, donde siempre está el mar y junto a él mi familia, mis amigos, todos juntos, todos en Cuba, todos felices.
¿Cómo inició tu interés por el arte? ¿Recuerdas algún episodio significativo respecto a tu carrera como artista?
Mi interés por las artes visuales vino después, primero de pequeñito fue la danza y más tarde el dibujo. Siempre que veía a alguien dibujando me parecía algo mágico, algo realmente fuera de lo común que me conmocionaba. Tenía un amigo en la escuela primaria que dibujaba increíblemente, en sus ratos libres me enseñaba sus libretas de dibujos, lo que me inspiró a tener mis propias libretas y a comenzar a dibujar, eso aún se lo debo a él. Recuerdo que me decía cierra los ojos y míralo primero dentro de ti para que después puedas dibujarlo, eso aún hoy lo hago. Dedicarme profesionalmente al arte lo hice al terminar mis estudios, principalmente decidí dedicarme al arte por completo porque era lo único que me permitía crear en solitario, la soledad creativa era algo que ya en mis años de estudiante no solo me apasionaba, sino que lo necesitaba, para lograrlo trabajaba siempre cuando los demás dormían. Un coleccionista alemán en el año 1998 me preguntó un día si tenía algo en mi estudio que no consideraba arte y le mostré cientos de dibujos, los cuales hacía sin parar, en cada momento, esos dibujos nunca los consideré arte, eran sencillamente parte de mí, como una extensión de mi tiempo y mi vida. El coleccionista al verlos me dijo «Estos dibujos son definitivamente arte y además son tu arte, nunca dejes de dibujar». Años después eso me hizo transformar toda mi práctica en una reflexión sobre el dibujo.
Cantos de Sirenas es el título de tu próxima muestra personal en la Wizard Gallery de Milán. ¿Compartirías con nosotros algunas ideas sobre las obras que estarán en exposición?
La gran novedad de esta exposición es mi regreso al dibujo. Es una exhibición compleja porque mostraremos también pintura y escultura, algo que no hacia desde hace mucho tiempo. La exposición se titula Cantos de Sirenas y principalmente se compone de tres grupos de obras (Sirenas, Cantos y Locos). Todos sabemos que son los cantos de sirenas y sabemos que son extraordinariamente bellos y seductores pero también sabemos que de escucharlos nos enloquecerían. Las obras que se titulan Cantos de Sirenas son obras abstractas y sin embargo los Locos y las Sirenas son obras más figurativas, ambos mundos artísticos, el abstracto y el figurativo se conjugan.
¿Un sueño pendiente?
Una conversación con Antonello da Messina.
Diango Hernández es un artista poliédrico nacido en Sancti Spiritu (Cuba, 1970), ciudad a menos de cuatrocientos quilómetros de La Habana. Después de estudiar diseño industrial en la capital cubana fundó el colectivo Ordo Amoris Cabinet, OAC, que en latín significa Orden del Amor. En el 2000 se trasladó a Alemania, donde actualmente vive y trabaja, país en el que vive de manera intensa la influencia de la obra de Joseph Bueys, Marcel Broodthaers y Fluxus.
Sus obras forman parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) y ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas. Además, ha participado a la 51ª Exposición Internacional de Arte Bienal de Venecia en el 2005 y en el 2006, en las bienales de Sydney y de São Paulo.
Esta semana, el 9 de noviembre, el artista inaugurará Cantos de Sirenas en la galería Wizard de Milán, en la cual expondrá sus obras más recientes, todas piezas inéditas.
En este momento te encuentras trabajando en la muestra que se inaugura esta semana en Milán. Antes de hablarnos de este proyecto ¿podrías narrarnos brevemente cómo inicia tu historia?
Nací en un pequeño pueblo del centro de la isla de Cuba (Cabaiguán, Sancti Spiritus 1970). Estudié en La Habana y al terminar los estudios en el Instituto Superior de Diseño (ISDI, 1994) inicié un proyecto de investigación y colaboración artística Ordo Amoris Cabinet que más tarde me condujo al arte. En el 2003 me mudé a Italia, después a España y finalmente a Alemania, donde actualmente vivo y trabajo.
¿En qué contexto nace el proyecto de investigación y colaboración Ordo Amoris Cabinet?
Este proyecto nace en medio de la crisis económica en el contexto de la caída de la Unión Soviética. Allí nace mi participación en diversas iniciativas colectivas dentro del panorama cultural cubano. Uno de ellos fue la fundación, junto a Francis Acea, de Ordo Amoris Cabinet también conocido como OAC. Por entonces, en el 1994, no tenía ni idea de que algún día viviría fuera de Cuba. La idea en sí de todo el proyecto nació de mi interés en la realidad sociopolítica de la Cuba de entonces.
A inicios del 2000 te mudaste a Alemania, ¿cómo crees que esta experiencia influenció tu trabajo?
Alemania ya la conocía de antes, en 1998 estuve durante cuatro meses en Aachen participando en una residencia artística otorgada por La Fundación Ludwig de Cuba. Cuando llegué a la ciudad de Düsseldorf en el 2006 ya trabajaba con una galería en la ciudad de Colonia y además conocía a muchos artistas que vivían por aquí en ese entonces. Alemania, y sobre todo esta zona del occidente alemán (Norte-Westfalia), fue muy interesante para mi trabajo en aquel momento. Encontrarme con la obra de Joseph Bueys, Marcel Broodthaers y especialmente Fluxus hizo que mi trabajo creciera velozmente. Ya en el 2006 representaba a Alemania en La Bienal de São Paulo, despertando la atención de diversas instituciones alemanas. En general, estar en Alemania ha sido una gran aventura, más allá de las diferencias culturales y del idioma, pero la gran aventura ha sido establecer mi práctica artística ininterrumpidamente en un país que cuenta con una gran densidad de instituciones, academias y artistas de altísimo nivel.
En tu trayectoria como artista y en particular en una serie de pinturas, haces referencia al Olaismo…
Sí, es un lenguaje artístico que se basa en la poética del mar, las olas son ese vocabulario infinito, algo que se renueva y cambia permanentemente. Nace de mi pasión por el mar, de mis recuerdos de niño, donde siempre está el mar y junto a él mi familia, mis amigos, todos juntos, todos en Cuba, todos felices.
¿Cómo inició tu interés por el arte? ¿Recuerdas algún episodio significativo respecto a tu carrera como artista?
Mi interés por las artes visuales vino después, primero de pequeñito fue la danza y más tarde el dibujo. Siempre que veía a alguien dibujando me parecía algo mágico, algo realmente fuera de lo común que me conmocionaba. Tenía un amigo en la escuela primaria que dibujaba increíblemente, en sus ratos libres me enseñaba sus libretas de dibujos, lo que me inspiró a tener mis propias libretas y a comenzar a dibujar, eso aún se lo debo a él. Recuerdo que me decía cierra los ojos y míralo primero dentro de ti para que después puedas dibujarlo, eso aún hoy lo hago. Dedicarme profesionalmente al arte lo hice al terminar mis estudios, principalmente decidí dedicarme al arte por completo porque era lo único que me permitía crear en solitario, la soledad creativa era algo que ya en mis años de estudiante no solo me apasionaba, sino que lo necesitaba, para lograrlo trabajaba siempre cuando los demás dormían. Un coleccionista alemán en el año 1998 me preguntó un día si tenía algo en mi estudio que no consideraba arte y le mostré cientos de dibujos, los cuales hacía sin parar, en cada momento, esos dibujos nunca los consideré arte, eran sencillamente parte de mí, como una extensión de mi tiempo y mi vida. El coleccionista al verlos me dijo «Estos dibujos son definitivamente arte y además son tu arte, nunca dejes de dibujar». Años después eso me hizo transformar toda mi práctica en una reflexión sobre el dibujo.
Cantos de Sirenas es el título de tu próxima muestra personal en la Wizard Gallery de Milán. ¿Compartirías con nosotros algunas ideas sobre las obras que estarán en exposición?
La gran novedad de esta exposición es mi regreso al dibujo. Es una exhibición compleja porque mostraremos también pintura y escultura, algo que no hacia desde hace mucho tiempo. La exposición se titula Cantos de Sirenas y principalmente se compone de tres grupos de obras (Sirenas, Cantos y Locos). Todos sabemos que son los cantos de sirenas y sabemos que son extraordinariamente bellos y seductores pero también sabemos que de escucharlos nos enloquecerían. Las obras que se titulan Cantos de Sirenas son obras abstractas y sin embargo los Locos y las Sirenas son obras más figurativas, ambos mundos artísticos, el abstracto y el figurativo se conjugan.
¿Un sueño pendiente?
Una conversación con Antonello da Messina.